Diana saliendo del baño-François Boucher

La escena representada se inspira en el pasaje de Ovidio (Metamorfosis,III, 155-252) en el que la diosa y sus ninfas se toman un descanso en el valle beocio de Gargafia para bañarse después en las aguas de un recóndito manantial.

La composición de Diana saliendo del baño "muestra a la diosa y a una de sus ninfas sobre un ribazo cubierto de suntuosas telas. Diana, La Artemisa de los griegos, tiene varias identidades como castidad y más como cazadora.

Para los romanos tenía tres personificaciones: Diana para la tierra, Hécate para el infierno y Luna para la luna.
Boucher hizo la representación de la diosa después de haber finalizado su día de caza. El pintor consigue compartir con el espectador su devoción por el cuerpo femenino, su redondez vulnerable y su esencial inocencia.

Se la observa a la diosa sentada en el claro del bosque ayudada por su ninfa doncella  que la atiende y la ayuda a secarse sus pies.

La diosa está sentada sobre su delicada y costosa ropa de seda. Se observan en sus  manos un collar de perlas que simbolizan la luna por su suave brillo y redondez. El detalle de las perlas que la superficie del cuadro está  cubierta por una red de finos resquebrajamientos que contrasta con el acabado de la  piel de Diana que parece mucho más clara y delicada.

Diana, como cazadora, aparece con sus perros de caza. Se observan dos perros, de los cuales uno alertado por un ruido levanta la cabeza y olfatea el aire tratando de percibir al intruso merodeador.

Este detalle de la pintura hace alusión al mito de la diosa, que  consagrada a la castidad, estaba bañándose desnuda en los bosques cercanos a la ciudad beocia de Orcómeno, cuando Acteón la encontró casualmente. Se detuvo y se quedó mirándola, fascinado por su belleza enajenante. Como castigo, Artemisa lo transformó en un ciervo por la profanación de ver su desnudez y sus virginales misterios, y envió a los propios sabuesos de Acteón  a que lo mataran. Éstos lo hicieron pedazos y devoraron sus carnes, para después buscar a su amo por el bosque, sollozando. Entonces, encontraron al centauro Quirón quien, para consolarlos, construyó una estatua de su difunto dueño.

En la hierba se observa las flechas colocadas prolijamente dentro de su  carcaj o aljaba.  
(Caja o cilindro de piel, madera o tela usada por los arqueros para transportar las flechas, permitiéndoles alcanzarlas con facilidad y rapidez.)

Al lado de la diosa se observan las piezas de caza. Un conejo y dos palomas yacen caídos por las flechas de Diana. Las dos palomas, símbolos del amor y la lujuria fueron vencidas por la castidad.

Los personajes fueron pintados en el terreno civilizado del claro del bosque, se trata de un paisaje refinado en que se ha domesticado a la naturaleza en estado salvaje.

BIBLIOGRAFÍA PERSONAL DE EURÍDICE CANOVA