El Quitasol-Goya

El quitasol
Francisco de Goya, 1777
Rococó
Óleo sobre lienzo -
104 cm × 152 cm
Museo del Prado


Esta famosa pintura  pertenece  a los Cartones de Goya , que son un conjunto de obras pintadas para la real fábrica de tapices de Santa Bárbara.
Los cartones para tapices estaban estructurados en siete grupos o series, cada una con diferente número de obras y temática.
La obra reproduce como todas estas series, motivos populares inspirados en costumbres, escenas y celebraciones de la vida de Madrid
La fábrica  era una de las manufacturas reales destinadas a  la fabricación de objetos de lujo creadas por la política mercantilista de la Ilustración española.
En esa época los comedores de los palacios eran decorados con los tapices de esta fabrica. La confección de tapices para las dependencias de la realeza española había sido un empeño de los Borbones que se ajustaba al espíritu de la Ilustración.
Goya trabajó  para la real fábrica  durante doce años y la pintura” El quitasol” pertenece al segundo grupo de 10 cartones  que fueron  destinados a la decoración del comedor del Palacio del Pardo de Madrid, residencia de los príncipes de Asturias, el futuro Rey Carlos IV y María Luisa de Parma.
La obra fue pintada entre el 3 de Marzo y el 12 de agosto de 1777, fue entregada como cartón a la fábrica de tapices que solo pagó por ella 500 reales.
En esta obra,aparecen dos figuras, una jovencita vestida a la moda francesa, y un criado,(cortejo),acompañantes de las mujeres casadas de elevada clase social.



Goya acerca las figuras al primer plano en un grupo piramidal.El triángulo y las diagonales que convergen en el rostro de la joven caracterizan la composición de la obra.
El fondo carece de profundidad. La sombrilla aparece como elemento renovador.
Las líneas de fuerza dibujan casi un triángulo equilátero en el que se enmarca la muchacha. Esta figura geométrica expresa una gran serenidad. Por otro lado, todas las miradas convergen en el rostro de la joven, matizado por una sombra filtrada de suaves tonos verdes creados por el color de la sombrilla.
Con el esquema triangular de las figuras de los jóvenes en un primer plano y con un paisaje de fondo, el artista plantea una composición novedosa para le época.

La perspectiva de abajo arriba y el formato indica que la pieza estaba destinada a una sobre ventana. La composición, piramidal, y con las figuras en primer plano, refleja la influencia en Goya de la pintura clásica italiana, así como la maestría del artista al pintar las luces y sombras.

Resulta innovador el tratamiento que le da Goya a esta pintura: se aproxima a la tradición francesa en la idea del tema con cierta picaresca y galantería. De la tradición italiana extrae la vivacidad cromática de esta paleta; con rojos, amarillos, azules y verdes que representan la alegría de vivir de la corte de los tiempos de Carlos III.

Los colores cálidos y la intensa iluminación otorgan alegría y frescura a la escena al igual que los gestos y las sonrisas de los personajes. La dama parece mirar al espectador y es notable el juego de luz y los matices que genera. Goya también juega con la sombra que produce la sombrilla sobre los cuerpos de ambos.

La pincelada ágil y liviana se acompasa con la atmósfera que quiso crear el artista.  El estilo del cuadro tiene reminiscencias del rococó pero se aleja de esta corriente al transmitir una mayor sensación de realismo. Además por la pincelada y por captar la escena al aire libre, se acerca un siglo antes de su aparición, al impresionismo.

La obra tiene diversas interpretaciones. Algunos críticos la interpretan como una normal y cotidiana escena galante, y otros como una alegoría referida a la coquetería y  a la vanidad humana.
La obra se encuentra en el Museo del Prado en Madrid- España.