La Montagne Sainte- Paul Cézanne

"El estudio real y prodigioso que hay que emprender es el de captar la diversidad de la naturaleza. "Cézanne.

En la pintura se observa la casa con los árboles que están en primer término , estos son los únicos elementos del lienzo cuyo contorno está bien definido y que pueden reconocerse dentro de un paisaje dominado por la magnificencia de la montaña. A pesar de ello las paredes de la casa reciben pinceladas verdes, para integrarla dentro del conjunto.

Las grietas: A juzgar por las grietas y el empaste que ha saltado en zonas de la parte superior y también de la inferior del cuadro, la obra debió sufrir algún tipo de erosión grave después de su ejecución.

Los olivos: En el ángulo inferior izquierdo observamos como trata el pintor unos árboles, tal vez unos olivos, que ve en primer término, en base a la yuxtaposición de múltiples pinceladas que se superponen a unas líneas previamente dibujadas.

El cielo y la maleza: En estas dos zonas destacadas contrasta el uso que el pintor hace de la pincelada.
En el cielo las pinceladas son más extendidas, hay menos detalles para sugerir distancia.
En cambio en la zona de la maleza, vemos como los trazos son más cortos, sugiriendo mayor definición y cercanía. En este caso la gama de color empleada es  más variada.

La zona boscosa derecha: En esta zona puede notarse el uso del color de Cézanne que combina con gran maestría los tonos anaranjados, con los verdes y azul. Todo ello para sugerir la luz a través del juego claro y oscuro. Según el pintor la luz no es algo que puede reproducirse sino que puede representarse a través de los colores.



El cuadro está construido a partir de una amplia gama de pinceladas horizontales, verticales y en diagonal que en conjunto dan lugar a un mosaico irregular y de gran atracción sensorial.

Bibliografía personal de Eurídice Canova.

... no otra que devolver al arte lo que en la tradición académica francesa existía de culto a la racionalidad, al orden y a la composición. El arte y la verdad deben ser equivalentes. Esta es la filosofía que -conscientemente- trata de plasmar en el lienzo mediante las técnicas nuevas que le ha brindado el movimiento impresionista.
Captar la naturaleza no es copiarla en sus detalles como hacían equivocadamente y mal otros pintores supuestamente realistas. Comprender la naturaleza y representarla es devolverla a sus elementos esenciales en el volumen y el color. Los detalles concretos y la mera reproducción de lo que se ve sin pensarlo son algo secundario.
En su Montaña de Sainte Victoire Cézanne imita el ejemplo del pintor japonés Hokusai, tan amado por los impresionistas y cuya predilección por los paisajes del Monte Fuji sirvió al grupo de constante inspiración. No existe para Cézanne simbolismo metafísico en la elección del tema como acontecía con el japonés, pero sí un resto de sincero amor a la naturaleza. De este monte pintará nuestro autor treinta óleos y cuarenta y cinco acuarelas ensayando infinidad de posibilidades de observación pero manteniendo de manera casi constante a la montaña como centro poderoso de la composición. Llanura, vegetación, vestigios de los seres humanos... todo ello sirve únicamente para amplificar la majestuosidad de la montaña o para sugerir la aplastante presencia del pico y su dominación soberana sobre todo lo demás. El monte aparece como una masa compacta, pesada, severa, de una desnudez casi desagradable y áspera. La disposición cromática sirve para acentuar el contraste medido entre ese centro absoluto de la composición y el resto del paisaje: azules y violetas frente a los verdes y tonalidades ocres que conforman una disonancia vigorosa y efectiva.
Como dijo Eugenio D'Ors, en los paisajes de Cézanne queda resumida la voluntad y culminación de la tendencia de todo un siglo: ver en el paisaj ante todo arquitectura, construcción, estructura ordenada y pura.

MARQUES DE MONTROSE escribió:

... no otra que devolver al arte lo que en la tradición académica francesa existía de culto a la racionalidad, al orden y a la composición. El arte y la verdad deben ser equivalentes. Esta es la filosofía que -conscientemente- trata de plasmar en el lienzo mediante las técnicas nuevas que le ha brindado el movimiento impresionista.
    Captar la naturaleza no es copiarla en sus detalles como hacían equivocadamente y mal otros pintores supuestamente realistas. Comprender la naturaleza y representarla es devolverla a sus elementos esenciales en el volumen y el color. Los detalles concretos y la mera reproducción de lo que se ve sin pensarlo son algo secundario.
     En su Montaña de Sainte Victoire Cézanne imita el ejemplo del pintor japonés Hokusai, tan amado por los impresionistas y cuya predilección por los paisajes del Monte Fuji sirvió al grupo de constante inspiración. No existe para Cézanne simbolismo metafísico en la elección del tema como acontecía con el japonés, pero sí un resto de sincero amor a la naturaleza. De este monte pintará nuestro autor treinta óleos y cuarenta y cinco acuarelas ensayando infinidad de posibilidades de observación pero manteniendo de manera casi constante a la montaña como centro poderoso de la composición. Llanura, vegetación, vestigios de los seres humanos... todo ello sirve únicamente para amplificar la majestuosidad de la montaña o para sugerir la aplastante presencia del pico y su dominación soberana sobre todo lo demás. El monte aparece como una masa compacta, pesada, severa, de una desnudez casi desagradable y áspera. La disposición cromática sirve para acentuar el contraste medido entre ese centro absoluto de la composición y el resto del paisaje: azules y violetas frente a los verdes y tonalidades ocres que conforman una disonancia vigorosa y efectiva.
     Como dijo Eugenio D'Ors, en los paisajes de Cézanne queda resumida la voluntad y culminación de la tendencia de todo un siglo: ver en el paisaj ante todo arquitectura, construcción, estructura ordenada y pura.

Gracias por el aporte y si le faltaba algo al análisis usted con su aporte ha contribuido para que los lectores tenga otra perspectiva de la obra.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.

... como siempre a ustedes por su amabilidad. Descifrar una obra de arte es siempre una tarea infinita...
saludos cordiales.