ADAPTACIÓN DEL ACRÍLICO A LAS SUPERFICIES
Las pinturas acrílicas se adaptan a una gran variedad de superficies, y en las primeras fases del trabajo son más fáciles de usar que cualquiera de los medios tradicionales. Se las puede aplicar sobre casi cualquier soporte absorbente -lienzo, madera, aglomerado, cartón o papel- sin ninguna base aislante entre el soporte y la pintura, aunque suele emplearse un aparejo acrílico.
Existen dos importantes excepciones: las resinas sintéticas, por estar suspendidas en agua, no agarran sobre una base oleosa; también deben evitarse las bases hechas con una emulsión ordinaria, ya que aunque son solubles en agua pueden formar una base incompatible químicamente con los acrílicos.
Lienzos. Todos los tipos, desde la arpillera hasta el lino fino, dan buenos resultados con pinturas acrílicas. No es necesario aplicar una capa de cola -práctica normal con la pintura al óleo- pero si una arpillera tiene una trama muy abierta, es conveniente imprimar con un aparejo o medio acrílico.
Al tensar un lienzo sin imprimar, es importante recordar que el aparejo (o si no se usa aparejo, la pintura) hará contraerse al material, de modo que es mejor dejarlo un poco flojo.
Papel y cartón. Los acrílicos agarran sobre casi cualquier cartón, cartulina o papel fuerte, tanto con imprimación como sin ella. El aparejo puede resultar demasiado pesado para el papel; si no se quiere aplicar la pintura directamente, puede darse una sola capa de medio acrílico.
Es mejor tensar el papel, especialmente si es ligero; de lo contrario, los lavados lo harán ondularse.
Madera. Las tablas de madera son muy buen soporte para los acrílicos. Puede emplearse madera natural, contrachapados y aglomerados. El táblex es un buen soporte pero hay que reforzarlo por detrás para que no se arquee. Si se quiere obtener un acabado liso, hay que usar la cara lisa, pero es mejor lijarla antes e imprimarla.
Metal. Los metales tienen superficies muy lisas, no absorbentes, sin granos que ayuden a retener la pintura. Con óleos, esto es un problema, porque son malos adhesivos, pero los acrílicos funcionan bastante bien sobre metales, especialmente zinc y cobre. Se aconseja lijar antes la superficie y aplicar aparejo.
Murales. Pintar sobre muros de yeso, cemento, piedra o ladrillo, plantea problemas especiales, en lo referente a pintura al aire libre. Sin embargo, los acrílicos aplicados a dichos soportes resisten a los ácidos, bases y humedad en un grado considerable, mucho mejor que el óleo. Ya hemos dicho que precisamente este problema fue el que llevó a la adopción de las resinas acrílicas para usos artísticos”
Los acrílicos son excelentes para murales interiores pintados sobre yeso, porque se secan de un modo mate y uniforme. Los óleos son peores en estas superficies porque algunos colores se secan en mate, mientras que otros quedan brillantes y reflejan la luz. Además, cualquier impasto de óleo sobre yeso se hundirá, cambiando considerablemente de color y tono.
Es conveniente lijar bien el yeso antes de aplicar el aparejo o la pintura. Cuando una pared o tabla no resulta adecuada, por alguna razón, y debe cubrirse con lienzo, la flexibilidad de los acrílicos resiste bastante bien el enrollamiento y desenrollamiento del lienzo.
Imprimación. Cualquier superficie absorbente sin imprimar absorberá el pigmento y se secará con un acabado mate y uniforme. Las superficies imprimadas tienen un ligero brillo, aunque si se desea se puede contrarrestar este efecto mezclando la pintura acrílica con agua.
Es esencial usar un aparejo acrílico: el aparejo corriente no se mezcla con la pintura acrílica. El aparejo acrílico no es más que medio acrílico mezclado con blanco de titanio inerte, pero se puede comprar ya hecho y es barato. Hay que dar dos o tres capas finas, dejando secar antes de aplicar la siguiente.