FICHA TÉCNICA
Título de la obra: Sin esperanza
Autor: Frida Kahlo
Cronología: 1945
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo
Ubicación: Museo Dolores Olmedo Patiño, Ciudad de México, México
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Sin esperanza (1945) es un cuadro de pequeñas dimensiones (28x36 cm) y a la vez uno de los más potentes y perturbadores de la producción de Frida Kahlo. Representa un banquete de la muerte, donde vemos a la artista reposada en la cama mientras sustenta un enorme embudo, apoyado en su boca, del cual rebosa una mezcla putrefacta de carne y pescado, coronando toda esta masa de comida vemos una calavera de azúcar. De esta manera nos muestra la muerte representada en la putrefacción de los alimentos, culminando con la calavera -también típica del folklore mexicano- símbolo directo del fin de la vida.
Cuando realizó esta obra casi no comía, lo que la llevo a perder una gran cantidad de peso y verdaderamente fue alimentada con un embudo ya que ella se negaba a comer. De manera que, Kahlo, una vez más nos muestra un momento de su cotidianidad representando sus impresiones del día a día en unas dimensiones monstruosas.
Es de especial interés la inscripción que realizó a mano en el reverso del cuadro donde leemos:
A mi no me queda ya ni la menor esperanza… Todo se mueve al compás de lo que encierra la panza.
ANÁLISIS FORMAL
El rostro de la pintora tiene una clara expresión de sufrimiento y mira directamente al espectador, con los ojos llenos de lágrimas, implorando ayuda. La colcha de la cama que la cubre se asemeja a un sudario y está decorada con interesantes diseños circulares. Estos estampados han sido interpretados como óvulos o células sin fecundar o bien, como dijo Hayden Herrera, en relación con el Sol y la Luna, presentes también en el cuadro, sería un mundo microscópico frente a la grandeza del Sistema Solar.
Si analizamos la Luna, esta preside uno de los lados del cuadro en simetría con el Sol que se encuentra al otro lado, este satélite ha sido interpretado como el dolor de la propia Frida, el cual era persistente incluso en las horas de descanso; o bien puede ser leído como un motivo femenino incluso como símbolo de la fragilidad de Kahlo. El Sol tiene un gran papel en la composición, ya que pone de relieve las influencias del arte precolombino en la obra de la artista, donde el culto al sol es muy relevante. Muchas veces lo utiliza como referencia a la energía, pero en este caso podría interpretarse como referencia a Diego Rivera, su compañero y marido durante años. Finalmente, el fondo de la composición muestra un paisaje desértico, seco, donde puede leerse una alusión a su infertilidad y falta de descendencia.
CONTEXTO Y SITUACIÓN SOCIAL
El estilo minucioso de Kahlo, la integración de yuxtaposiciones y su habilidad para hacer que lo común fuera extraordinario hizo que sus obras se catalogaran como surrealistas por parte de muchos artistas y críticos de arte. Pero la artista siempre rechazó esta afirmación, ella afirmaba que pintaba su realidad personal no sus sueños.
Así se nos presenta Frida Kahlo, como un espíritu libre. Con el paso de los años, su imagen y presencia en el panorama artístico fue particularmente escasa, pero sin duda fue una artista que llevo la estética más allá de los cánones tradicionales de belleza y consiguió un estilo propio metamorfoseando la propia imagen de la realidad.
Actualmente, y especialmente a partir de la década de 1980, se recuperó su nombre y obra en el contexto de la revalorización del trabajo de las mujeres artistas por parte del movimiento feminista. Hoy día, es admirada por su pasión y por la originalidad de su producción, además de su gran y fuerte espíritu que le permitió sobrellevar una vida de sufrimiento y que la ha convertido en símbolo de superación y perseverancia.
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