FICHA TÉCNICA
Obra: El Expolio
Autor/a o Autores: El Greco (Domenikos Theotokópulos)
Cronología: 1577-1579
Estilo: Manierismo
Técnica: Óleo sobre lienzo, 285 x 173 cm
Ubicación: Sacristía de la Catedral de Toledo, España
ANÁLISIS FORMAL
Era un tema inusual en Occidente, pero este se justifica por el lugar al que iba destinado, el vestuario de la sacristía, en donde el sacerdote se prepara para el sacrificio de la misa. Al no existir precedentes visuales, El Greco acudió a la tradición bizantina más cercana a la iconografía del despojo de las vestiduras de Cristo, previo a su crucifixión. En todo caso, la composición con la que resolvió la historia es absolutamente original y no se encuentra ningún precedente. Partiendo de un esquema plenamente manierista, ocupa un único plano inmediato y monumental sobre el que dispone a las figuras que apenas cuentan con espacio suficiente para desenvolverse. Esta peculiar concepción espacial se ha interpretado como un rasgo del bizantinismo propio del pintor. Al igual que en los mosaicos, prescinde de un espacio real y agrupa a las figuras con cierta isocefalia que acentúa la angustia del drama que está a punto de comenzar. Las rupturas manieristas se detectan también en los cambios de puntos de vista con los que afronta la representación de las tres Marías, para las que adopta una perspectiva desde arriba, en contraste con la frontalidad que preside la escena principal, en la fuerte línea diagonal que describe el madero y el escorzo del sayón que prepara la cruz y en el que se rastrean todavía ecos miguelangelescos.
Cromáticamente, el greco recupera lo mejor de su estancia en Venecia, el manejo del color, ya que es la gran mancha roja la que construye el cuadro, aumenta la carga dramática y aísla la soledad de Cristo. La fuerza de ese rojo actúa como un imán centrípeto atrapando al fiel en la historia que se desarrolla. Como es habitual en El Greco maneja un doble lenguaje estilístico. Por un lado, hace alarde de las dotes del realismo de su arte ya que capta minuciosamente las texturas, los detalles de los reflejos en la armadura del soldado o la gestualidad con la que dota a las figuras de sentimientos propios e individualizados, especialmente la que resalta la mansedumbre y virilidad de Jesús. Junto al contenido realista despliega un arte abstracto fruto de sus recuerdos como pintor de iconos. Prescinde del espacio, que resulta ser un conglomerado asfixiante, al igual que maneja unas proporciones gigantescas y elimina todo indicio de naturaleza, salvo las piedras que dispone sobre una simbólica mancha marrón.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La concepción iconográfica deriva de las fuentes medievales ortodoxas que el cretense supo usar magistralmente. La fuente de inspiración primaria fueron las Meditaciones sobre la Pasión de San Buenaventura en las que se incluye la presencia de las santas mujeres, que tanto molestaron al cabildo catedralicio. En su rechazo se argumentaba que los evangelios canónicos sólo decían: “[...]los que aman a Jesús se mantenían a lo lejos [...]” De San Buenaventura procede igualmente la soga con la que Cristo es atado: “[...]y a Él le arrastraron atado con una soga como se hacía con los ladrones [...]”. El evangelio apócrifo de Nicodemo y ciertos detalles sacados de los evangelios de San Juan y San Lucas fueron las otras fuentes sobre las que se inspiró El Greco y que le ocasionaron además algún que otro pleito.
Además de las tres Marías, el cliente denunció impropiedades que ofuscaban la historia narrada. Esto era debido a la presencia del soldado con armadura del siglo XVI. Se trata de una licencia artística que ha dado pie a varias interpretaciones. Unos lo han identificado con Longinos, el centurión romano que contempla impasible la escena, para luego convertirse al cristianismo. Para otros se trataría, en cambio, de un recurso grequiano, destinado a reforzar el carácter intemporal y simbólico del cuadro. La otra figura no contemplada en los textos y que, por tanto, contravenía la recomendación de la propiedad histórica es la del personaje que desde el fondo señala con fuerza al espectador, a quien reclama la mirada. Se ha señalado la sintonía de este gesto con las admoniciones de San Buenaventura que prepara al fiel bajo las fórmulas “mira”, “considera” y “advierte.
CURIOSIDADES
El éxito del cuadro, a pesar del duro pleito mantenido con la Catedral, obligó al pintor a incluirlo en su catálogo de cuadros de devolución. Existen varias versiones con modificaciones en cuanto al tamaño o detalles, en colecciones y museos de todo el mundo que puede dificultar conocer con exactitud la participación del pintor o del taller. Entre las copias más celebradas, la de la Colección Masaveu, de medio cuerpo en la que prescinde de las tres Marías, limpia los personajes del fondo y elimina las picas o lanzas que cierran la composición. También la copia del cuerpo entero del Museo de Santa Cruz, en Toledo, en la que añade la corona de espinas sobre la cabeza del Redentor. Otras versiones con cambios perceptibles son las del museo de Budapest, la del Museo de Bellas Artes de Lyon, la de la Alte Pinakothek de Múnich o las versiones firmadas de la colección Contini Bonacossi en Florencia o la de Upton House.
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